al abrigo de las jaras

Quizás un día, ya no juzgaré los hechos; y los de dejaré marchar, ellos ya fueron, instantes de una senda, donde intenta el tiempo, fijar su recorrido, a un camino sin suelo.                                     iñaki

Quizás un día, ya no juzgaré los hechos; y los de dejaré marchar, ellos ya fueron, instantes de una senda, donde intenta el tiempo, fijar su recorrido, a un camino sin suelo.                                     iñaki

Espera la tierra el color ya vivido, mientras fluye el agua, el tiempo, el río, las hojas van dejando su camino al viento. Y en la huidiza tarde de otoño, pienso, si el color de la vida, me pintó por dentro, con su pincel de luz y el amor por lienzo.                                                  iñaki.

Espera la tierra el color ya vivido, mientras fluye el agua, el tiempo, el río, las hojas van dejando su camino al viento. Y en la huidiza tarde de otoño, pienso, si el color de la vida, me pintó por dentro, con su pincel de luz y el amor por lienzo.                                                  iñaki.

lugar donde aquél 2 de julio de 1957, mi madre me posó en el mundo. El tiempo va dejando sus instantes, en la cadena donde engranamos lo vivido, mientras los días dejan el poso de sus sueños, en un vaso nunca comprendido. Nos aferramos al ayer con el mañana, dejando el ahora en el camino, pero la senda es nueva a cada instante; y su horizonte es siempre compartido. Bendito sea el tiempo que deja al corazón, la libertad de amar; y estar agradecido.                                                         iñaki.

lugar donde aquél 2 de julio de 1957, mi madre me posó en el mundo. El tiempo va dejando sus instantes, en la cadena donde engranamos lo vivido, mientras los días dejan el poso de sus sueños, en un vaso nunca comprendido. Nos aferramos al ayer con el mañana, dejando el ahora en el camino, pero la senda es nueva a cada instante; y su horizonte es siempre compartido. Bendito sea el tiempo que deja al corazón, la libertad de amar; y estar agradecido.                                                         iñaki.

A veces miro mi voz en los espejos; y me hiere el sonido en su reflejo. Porque a veces juzgo; y luego pienso. Y me hieren las ideas, sin encuentro. Y en la huida feroz y sus intentos, de escapar de lo de fuera y lo de dentro, la mirada busca el cielo;  y el silencio, se hace voz en lo pequeño.                             Iñaki.

A veces miro mi voz en los espejos; y me hiere el sonido en su reflejo. Porque a veces juzgo; y luego pienso. Y me hieren las ideas, sin encuentro. Y en la huida feroz y sus intentos, de escapar de lo de fuera y lo de dentro, la mirada busca el cielo;  y el silencio, se hace voz en lo pequeño.                             Iñaki.

Sobre la superficie del mar,  los pasos, nunca son una distancia, son amor, o no son nada. Sobre las olas del tiempo, intenta, el barco de la confianza, navegar, sin dejar crecer sus alas. La costa nueva parece lejana, la resaca, intenta desesperada, volver,  volver a la antigua playa. Sobre las olas deriva, la barca  pesada del sufrimiento, tan cargada! y aún intenta su consuelo, en luchar con la mar brava. Sobre la superficie del mar, la gaviota, vuela, asciende, juega y danza, ella sabe: que cielo, tierra y agua. Puede abrazar con sus alas, cuando su nido, en amor deja olvidada.                                   Iñaki

Sobre la superficie del mar,  los pasos, nunca son una distancia, son amor, o no son nada. Sobre las olas del tiempo, intenta, el barco de la confianza, navegar, sin dejar crecer sus alas. La costa nueva parece lejana, la resaca, intenta desesperada, volver,  volver a la antigua playa. Sobre las olas deriva, la barca  pesada del sufrimiento, tan cargada! y aún intenta su consuelo, en luchar con la mar brava. Sobre la superficie del mar, la gaviota, vuela, asciende, juega y danza, ella sabe: que cielo, tierra y agua. Puede abrazar con sus alas, cuando su nido, en amor deja olvidada.                                   Iñaki

Y un día el tiempo ya no obedece, a todo lo que habíamos planeado,  el cielo se vuelve gris; y la mirada queda sin referencias,  perdida en el ayer,  buscando que todo pase; y mañana vuelva a ser igual. Pero el mañana trae su propio vuelo; y ya no puedo siquiera,  imaginar sus alas surcando el cielo. Entonces, intuyes que el tiempo,  sigue volando, pero necesita descansar; y para ello elige dormir un rato, sobre los corazones que siguen amando. Y así,  cuando miras otro amanecer, ves que el sol,  nunca se fue, sólo dejó guardada su luz, en tantos ojos que no miraste ayer, en tantos instantes que reclamaron tu paz, en tantos corazones que estuvieron a tu lado; y en tantos que a tu lado seguirán.                                                           ...

Y un día el tiempo ya no obedece, a todo lo que habíamos planeado,  el cielo se vuelve gris; y la mirada queda sin referencias,  perdida en el ayer,  buscando que todo pase; y mañana vuelva a ser igual. Pero el mañana trae su propio vuelo; y ya no puedo siquiera,  imaginar sus alas surcando el cielo. Entonces, intuyes que el tiempo,  sigue volando, pero necesita descansar; y para ello elige dormir un rato, sobre los corazones que siguen amando. Y así,  cuando miras otro amanecer, ves que el sol,  nunca se fue, sólo dejó guardada su luz, en tantos ojos que no miraste ayer, en tantos instantes que reclamaron tu paz, en tantos corazones que estuvieron a tu lado; y en tantos que a tu lado seguirán.                                                           ...

Sobre la inmensa pantalla azul, donde el tiempo anota sus tareas, vuelve a escribir los mismos versos,  con letras nuevas. El verso que el ayer dejó, oculto entre los miedos, que son espera; ahora es esperanza, hecha verdad; en ese instante donde una flor, rubrica el cielo; con la firma, que ama la tierra.                                    Iñaki.

Sobre la inmensa pantalla azul, donde el tiempo anota sus tareas, vuelve a escribir los mismos versos,  con letras nuevas. El verso que el ayer dejó, oculto entre los miedos, que son espera; ahora es esperanza, hecha verdad; en ese instante donde una flor, rubrica el cielo; con la firma, que ama la tierra.                                    Iñaki.