al abrigo de las jaras

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Publicado por iñaki zaratiegui (izara) abril 18, 2015

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lugar donde aquél 2 de julio de 1957, mi madre me posó en el mundo. El tiempo va dejando sus instantes, en la cadena donde engranamos lo vivido, mientras los días dejan el poso de sus sueños, en un vaso nunca comprendido. Nos aferramos al ayer con el mañana, dejando el ahora en el camino, pero la senda es nueva a cada instante; y su horizonte es siempre compartido. Bendito sea el tiempo que deja al corazón, la libertad de amar; y estar agradecido. iñaki.

recuerdos

(hoy no pongo ninguna fotografía, hoy sólo quiero que este blog perezoso, sirva para lo que fue creado: expresar un sentimiento; y dejarlo... para quien lo quiera recoger, ahí...al otro lado.) Que pequeña es la distancia, desde aquellos alegres días, hasta el vacío que queda, aquí, junto a esta orilla. Que pequeña es la distancia, si el amor une la ría, con el mar que nos abraza, a esa estrella infinita, donde van depositando, su luz; que ahora es guía, aquellos que ya caminaron y ya son: recuerdo, ternura y vida. Izara. p.d. un pequeño homenaje a un padre, de una de esas especiales personas que por aquí dejais vuestras letras en forma de amistad.

A mi padre. In memorian.

mi padre y uno de sus bisnietos Hoy vuelvo a dejar que bese, mi corazón suavemente el suelo, junto a ese surco que la tierra abre, para recibir a los hombres buenos. Ese nido donde brilla la verdad, pues la luz de las estrellas tiene dentro. Hoy vuelven mis jaras a brotar, para alcanzar con sus pétalos el cielo. El ciclo de la vida se cierra en la bondad; dejando en su interior la esencia de lo bello: el amor! esa única manera de traspasar, la invisible puerta que imagina el tiempo. Te has ido padre dejando un halo de paz, sobre los corazones que lloran tu vuelo, el regalo de una primavera de verdad, pues ya sabemos que llega sin invierno. Para siempre donde estemos, tú estarás, allí donde el amor reúne en su seno, a tantos que ya forman la unidad, en el vibrar de esa luz, que nos alumbra por dentro.

Yo también

Yo también he sentido a veces el silencio, de las voces que ahora guardan la distancia, como cansancio, que va minando nuestros pasos, como el peso que nos seca las palabras; y nos muerde en la frescura de lo tierno; y nos refugia en la urna de la nada. Pero también he sentido a veces, la tremenda cercanía, de una palabra, y entonces, es entonces cuando pienso, que merece la pena, mirar esta pantalla, tan virtual, como la máscara que somos, tan real, como las lágrimas que abraza. Iñaki.

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