Abro una ventana sobre los días,
observando,
si algún pájaro prisionero
con mis dudas escapa.
Pero a lo lejos,
el horizonte calla;
y la cercana voz que me saluda,
tan solo canta,
la repetida canción donde la mente,
con el tiempo danza.
Pero el tiempo es un ave sin nido;
y su libertad, no admite mordaza.
iñaki.
El tiempo no tiene abrigo y es totalmente libre.
ResponderEliminarHas escrito un poema muy especial, intenso.
Un abrazo.
En la naturaleza no hay otro prisionero que nuestros pensamientos cuando no los dejamos en libertad. Precioso.
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