Ayer dejé

 



Ayer dejé a la luz, dormida,
sobre el regazo de un tiempo no llegado;
y acerqué mis pasos a la sombra oscura,
escondida tras la chispa de instantes fogonazos.

Y al volver a recoger el alma de los días,
para abrigarme de la sed de abrazos,
el viento desnudó el árbol de las prisas;
y el nido de la luz, estaba entre tus manos.    


                                                          iñaki








Comentarios

  1. Maravilloso Iñaki.
    El nido de la luz estaba entre sus manos...

    Abrazo grande.

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  2. Encontrar la luz es lo que persiguen creadores y poetas y tú ya la tenías.
    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Gracias Francisco, ojalá podamos ir encontrando luces, que iluminen nuestro camino.
      un abrazo.

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