al abrigo de las jaras

Que la felicidad se enamore de ti; y junto a ti se quede, a vivir la vida; y en tu mirada, deje su luz; para que tu sol, brille todos los días; y en tu voz, ponga su voz; y en el viento de la noche, tu sonrisa; y en tus manos el calor, para hacerlas instrumento de caricias; y en tus pies ponga el valor; y en tu corazón, la dicha. ¡¡Feliz Navidad!!                                                                                                                                                                      ...

Que la felicidad se enamore de ti; y junto a ti se quede, a vivir la vida; y en tu mirada, deje su luz; para que tu sol, brille todos los días; y en tu voz, ponga su voz; y en el viento de la noche, tu sonrisa; y en tus manos el calor, para hacerlas instrumento de caricias; y en tus pies ponga el valor; y en tu corazón, la dicha. ¡¡Feliz Navidad!!                                                                                                                                                                      ...

Ni siquiera las hojas, son parte ya del viento, la húmeda tierra atornilló sus alas; las vacías ramas, que un día florecieron, hacia el gris del cielo, miran con desgana, la primavera pasó, como pasa un sueño, destello de un instante, que sin concluir, acaba, la fuerza de los días, reside ahora en el suelo, el calor de la noche, en la luz de la esperanza. iñaki.

Ni siquiera las hojas, son parte ya del viento, la húmeda tierra atornilló sus alas; las vacías ramas, que un día florecieron, hacia el gris del cielo, miran con desgana, la primavera pasó, como pasa un sueño, destello de un instante, que sin concluir, acaba, la fuerza de los días, reside ahora en el suelo, el calor de la noche, en la luz de la esperanza. iñaki.

Esperar, esperar,  poco más queda, la primavera duerme escondida, sobre la entraña, de la madre tierra, la fría paz del invierno, se refugia en las estrellas, la triste paz de los corazones, en la ausencia de trincheras; ya no hay batalla posible, ganó la naturaleza. La semilla de la luz, abandonada en su guerra, busca el calor en los ojos, que aún resisten la tristeza.                                                       Iñaki.

Esperar, esperar,  poco más queda, la primavera duerme escondida, sobre la entraña, de la madre tierra, la fría paz del invierno, se refugia en las estrellas, la triste paz de los corazones, en la ausencia de trincheras; ya no hay batalla posible, ganó la naturaleza. La semilla de la luz, abandonada en su guerra, busca el calor en los ojos, que aún resisten la tristeza.                                                       Iñaki.

La semilla de la paz, es rebelde, se agita en el viento del alma, y se pierde, sobre el vuelo de un corazón, ardiente; pero luego regresa, mansamente, sobre quien busca su voz, dulcemente, pues al final se hace flor, libremente.                                            iñaki.

La semilla de la paz, es rebelde, se agita en el viento del alma, y se pierde, sobre el vuelo de un corazón, ardiente; pero luego regresa, mansamente, sobre quien busca su voz, dulcemente, pues al final se hace flor, libremente.                                            iñaki.

Sólo por ti, volveré a los surcos, acariciando la tierra, un otoño más, dejando sembrada la piel de mis dedos, sobre las palabras, que buscan la paz. Sólo por ti, dejare que el frío, resbale en mi alma un instante mas, soñando los ojos que guardan el fuego, rompiendo el invierno en olas de amar. Sólo por ti, guardare estas letras, que una vez pensaron el mundo cambiar,  y ahora cansadas buscan en la noche,  el color de la esperanza, en azul de mar. Sólo por ti, dejare al otoño, que intente de nuevo, mi alba pintar.                                                                                                                     ...

Sólo por ti, volveré a los surcos, acariciando la tierra, un otoño más, dejando sembrada la piel de mis dedos, sobre las palabras, que buscan la paz. Sólo por ti, dejare que el frío, resbale en mi alma un instante mas, soñando los ojos que guardan el fuego, rompiendo el invierno en olas de amar. Sólo por ti, guardare estas letras, que una vez pensaron el mundo cambiar,  y ahora cansadas buscan en la noche,  el color de la esperanza, en azul de mar. Sólo por ti, dejare al otoño, que intente de nuevo, mi alba pintar.                                                                                                                     ...

hacia la playa de tu cuerpo, caminando, marchan mis olas, buscan refugio en tu piel a su quebranto, tu agua es colma; cansadas van, de mirarse razonando, sobre las rocas. pobre razón, sobre la arena vas dejando, tu espuma rota, la cordura del ayer trajo su llanto, sobre estas horas. ¿por qué, mi amor, no nos mudamos, en agua loca? embistiendo con los versos, de otro canto, sobre la costa, donde puedan nuestros cuerpos ser abrazo, locura toda.                                                                                   iñaki.

hacia la playa de tu cuerpo, caminando, marchan mis olas, buscan refugio en tu piel a su quebranto, tu agua es colma; cansadas van, de mirarse razonando, sobre las rocas. pobre razón, sobre la arena vas dejando, tu espuma rota, la cordura del ayer trajo su llanto, sobre estas horas. ¿por qué, mi amor, no nos mudamos, en agua loca? embistiendo con los versos, de otro canto, sobre la costa, donde puedan nuestros cuerpos ser abrazo, locura toda.                                                                                   iñaki.

Besa la tarde el tiempo dormido, sobre el regazo del anochecer, cuando los días cierran ventanas, hacia los vientos que son ayer. Sobre las manos, ya consumido, el instante que fue; y también, ...el que pudo haber sido, miro el tiempo marcharse, ¿para qué? mejor vuelvo los ojos a mí mismo,  sobre el libro que usa mi piel, al encuentro de un nombre escrito, nombre sin letras, tiempo, ni tez, nombre para siempre al amor unido, que crece, que vive y que es, la voz de todo lo que he querido, el suspiro de lo que soñé; nombre prendido al tiempo aquél, donde cantaba la voz de un niño, el sonido que el tiempo hizo después, la duda del camino donde vivo.                                                                 Izara.

Besa la tarde el tiempo dormido, sobre el regazo del anochecer, cuando los días cierran ventanas, hacia los vientos que son ayer. Sobre las manos, ya consumido, el instante que fue; y también, ...el que pudo haber sido, miro el tiempo marcharse, ¿para qué? mejor vuelvo los ojos a mí mismo,  sobre el libro que usa mi piel, al encuentro de un nombre escrito, nombre sin letras, tiempo, ni tez, nombre para siempre al amor unido, que crece, que vive y que es, la voz de todo lo que he querido, el suspiro de lo que soñé; nombre prendido al tiempo aquél, donde cantaba la voz de un niño, el sonido que el tiempo hizo después, la duda del camino donde vivo.                                                                 Izara.

I nmenso día donde la luz, se hace caricia,  tarde en la que el amigo sol, su mano estira, sobre la inmensa ventana azul, donde el alma anida, al amparo de la noche sin temor; esa noche tibia, que guarda en su canto interior, un alba limpia.                                                   Izara.

I nmenso día donde la luz, se hace caricia,  tarde en la que el amigo sol, su mano estira, sobre la inmensa ventana azul, donde el alma anida, al amparo de la noche sin temor; esa noche tibia, que guarda en su canto interior, un alba limpia.                                                   Izara.

Como dueles,  primavera, como duelen tus flores, tus flores nuevas, cuando el camino ha dejado, atrás para siempre la huella, de quien anduvo sus pasos, entre campos, entre estrellas, donde caminan las almas, que su vida dejan, en una sencilla sonrisa, en una profunda entrega.  ( en recuerdo de Chus, que nos dejó a las puertas de esta primavera.)                                                                            Iñaki.

Como dueles,  primavera, como duelen tus flores, tus flores nuevas, cuando el camino ha dejado, atrás para siempre la huella, de quien anduvo sus pasos, entre campos, entre estrellas, donde caminan las almas, que su vida dejan, en una sencilla sonrisa, en una profunda entrega.  ( en recuerdo de Chus, que nos dejó a las puertas de esta primavera.)                                                                            Iñaki.

sólo el amor nos salva de los días sin sentido, sólo el amor nos muestra en la noche, los caminos, sólo el amor nos devuelve en caricias, el tiempo que se ha ido, sólo el amor nos libera, de nosotros mismos.                                                                            

sólo el amor nos salva de los días sin sentido, sólo el amor nos muestra en la noche, los caminos, sólo el amor nos devuelve en caricias, el tiempo que se ha ido, sólo el amor nos libera, de nosotros mismos.                                                                            

(un recuerdo de los libros que guardo con cariño, cuando las palabras tenían un significado) Impresores de unas letras sin alas, portadoras es su vuelo rastrero, de la oscura nube donde se abrazan, la desesperanza, con los rotos sueños. Tañedores de canciones sin alba, donde los ruidos ahogan los ecos, que brotan de las voces sin mañana, oprimidas por la noche del miedo. Mercaderes de palabras sin alma, al servicio de verdades con dueño, vuestro cielo de ideales acaba, donde empiezan las mentiras con precio.                                                              Izara.

(un recuerdo de los libros que guardo con cariño, cuando las palabras tenían un significado) Impresores de unas letras sin alas, portadoras es su vuelo rastrero, de la oscura nube donde se abrazan, la desesperanza, con los rotos sueños. Tañedores de canciones sin alba, donde los ruidos ahogan los ecos, que brotan de las voces sin mañana, oprimidas por la noche del miedo. Mercaderes de palabras sin alma, al servicio de verdades con dueño, vuestro cielo de ideales acaba, donde empiezan las mentiras con precio.                                                              Izara.

  (hoy no pongo ninguna fotografía,  hoy sólo quiero que este blog perezoso, sirva para lo que fue creado: expresar un sentimiento; y dejarlo... para quien lo quiera recoger, ahí...al otro lado.) Que pequeña es la distancia, desde aquellos alegres días, hasta el vacío que queda, aquí, junto a esta orilla. Que pequeña es la distancia, si el amor une la ría, con el mar que nos abraza, a esa estrella infinita, donde van depositando, su luz; que ahora es guía, aquellos que ya caminaron y ya son: recuerdo, ternura y vida.                                                                     Izara. p.d. un pequeño homenaje a un padre, de una de esas especiales personas que por aquí dejais vuestras letras en forma de amistad.