Paz sobre la tarde

Paz, sobre la tarde, de un domingo cualquiera, los rayos del sol adormecen, ¡tantas penas!. La ventana del tiempo sobre la luz; cierra y abre, sobre la dulce nostalgia del ayer, el incierto sabor de un mañana. Pasa mayo el bálsamo de su mano, sobre la tristeza enquistada de un invierno, que resiste su salida, al amparo de la escondida playa, donde el tiempo, encalla el barco donde la esperanza viaja. Y mas allá del innecesario lamento, sobre la carrera veloz librada con el tiempo, me abandono al instante que comprende, que el tiempo no me pertenece, a no ser que lo incruste en el amor, donde todos los días...son eternos. Izara.