Siento en el árbol, el golpe que separa,
del amor de la tierra, el color de sus ramas.
Siento en la tierra, la arena que se abrasa,
mientras los pies caminan, esquivando llamas.
Siento en los ojos, que buscan y no hallan,
una mirada cómplice, que borre desconfianzas.
Siento en la herida de los siglos, el dolor de las amargas
espigas donde el trigo, se dobla a las espadas.
Siento sobre el vacío, la utopía que no acaba,
de silenciar los himnos; y hacer cantar al alba.
iñaki.
Hola Iñaki
ResponderEliminarQue gusto visitar tus jaras y encontrar esta maravilla en horas tan tempranas. Como suelo decir, a estas horas mi calle todavía está sin poner. Las farolas ya se han apagado, pero en un día que se promete gris y lluvioso aún es de noche.
Te deseo una feliz semana.
Que alegría volver a saber de ti y que corretees por estos parajes.
EliminarUn abrazo.
Siento que sientas lo que sientes, mi querido hombre TIERRA o a lo mejor no, a lo mejor meencanta que sientas tanto como sientes y que luego tus palabras nos regalen tus sentires aquí. La desconfianza, lo que nos separa, todo lo que nos hiere es el reflejo del dolor que a veces se lleva dentro que asoma fuera, en la mirada...tus letras siempre sienten precioso, así que gracias, mil gracias por seguir sientiendo aquí, con nosotros. Abrazo fuerte!!
ResponderEliminarEl sentir va innato en la persona y a veces se reaviva por las circunstancias que nos rodean. Pero el compartirlo con amig@s lo embellece, amortigua lo negativo y agranda lo positivo.
EliminarMuchas gracias por tu compañía en estas jaras.
Un fuerte abrazo.
Se siente en el Alma lo que la vida nos va mostrándo, a veces es dolor, que nos roza, aprieta, h hasta hace llorar. Porque pese a todo el mundo es hermoso, y es nuestro principal hogar.
ResponderEliminarMientras haya almas que lo sepan ver... queda la esperanza de mejorar todo.
Gracias por tu hermoso sentir., y escribir tan bello.
Un abrazo, Iñaki.
A veces la belleza produce el dolor de no saber apreciarla adecuadamente.
EliminarTú siempre complementas muy bien lo expresado.
Un abrazo.
Hola, Iñaki, resulta tan hermoso sentir el latir de la tierra, aunque duela, es un privilegio en medio de tanta insensibilidad.
ResponderEliminarNo podemos hacernos de la vista gorda, pero estamos atados para impedir que estas cosas que duelen sucedan, nos queda el consuelo de que duele menos el dolor compartido, es lo menos que podemos hacer por esta madre tierra, sentir junto a ella todo, su alegría y su dolor, brindándole un trato amable y dando siempre las gracias por su abundancia y generosidad.
Gracias por hacernos este recordatorio. Un abrazo.
Así es Harolina, la generosidad de la madre Tierra, (Amalur en la ancestral lengua de esta tierra) no merece nuestro desánimo.
EliminarUn abrazo.
Tu blog ha sido una fuente de aliento en días difíciles.
ResponderEliminarMe alegra que te haya servido.
EliminarUn saludo.