Ayer,
nunca existió,
si el hoy,
no lo envuelve con su brisa.
El viento,
que ya pasó,
no volverá,
a dejar volando su caricia.
Lo que guardamos,
justo quedó,
disuelto,
en el mar inmenso, sin orillas.
Toda la luz,
de mil racimos de sol,
brilla en el punto, donde nace;
el momento presente de la vida.
iñaki
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