dejo










Dejo,

en los días postreros del invierno,

un beso,

donde duermen los sentidos que conservo,

al abrigo,

de la insensible carrera donde el tiempo,

nos mece,

en primaveras que asemejan atropellos,

pues amor,

que primavera volvería sin los sueños;

y aún soñando,

que primavera, volvería sin los cielos,

donde tus ojos,

clavan el sol sobre mi cuerpo,

con el dulce alfiler de un:

te quiero.



                                                                                     iñaki.



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