Miro el horizonte
en la delgada línea,
donde el cielo admira
la tierra que no conoce,
a pesar de que su mar
se refleja en sus pupilas.
Miro el horizonte
sobre la puerta infinita,
donde la tierra admira
el cielo que no conoce,
a pesar de que su luz
la baña con sus caricias.
Miro el horizonte,
sobre el camino avanzado,
por el niño que vivía,
en aquel sueño prestado,
que me confió un día,
para hacer con él,
el camino de mi vida.
Izara.
Es lo más bonito que he leído en mucho mucho tiempo. Te felicito, amigo poeta
ResponderEliminarabrazo desde el sur
HOLA !!!!!! AHORA PUEDO VER EN MI ESCRITORIO,LOS BLOGS DE TODOS...PRECIOSO,BELLO POEMA!
ResponderEliminarTE COMENTO EN MI BLOG ESTÁ LA DIRECCION ACTUALIZADA,CON FEED,INCLUIDO,Y OTRAS VARIANTES.
UN ABRAZO ENORME,BESOS
LIDIA-LA ESCRIBA
Y el hombre de hoy pudo unir los dos horizontes: el del niño del ayer y el suyo en el presente.
ResponderEliminarUn poema donde la sensibilidad está entre el cielo y la tierra. Bellísimo.
Un beso grande, Izara, feliz semana.
Se nota querido amigo que en tu mirada hay de verdad profundidad, sentimiento e historia...
ResponderEliminary ese calado de tu vida, lo transmites a quienes te leemos y admiramos..
Un beso
Absolutamente precioso, amigo Izara. No se que decirte, esto va directo al corazón...
ResponderEliminarUn abrazo.
De acuerdo con Cornelivs..
ResponderEliminar¡absolutamente hermoso!!!!
Pero para lograr escribir así...el niño todavía vive y presta sueños!
Besos y abrazos poeta!!!!