Quien quiere oír
Quién quire oír la voz, que canta herida; mejor plegarse al tambor, de las consignas, a la repetida canción, que nace ya sin vida. Plácida conciencia, de tanto correr, dormida, vendida al mejor postor, que nada diga. El día ensordecedor, de las palabras frías, ¿dónde tendrás el calor ? ¿cómo sonará tu voz ? si está vacía. Izara.