Verás una mañana,
venir la vida;
y casi sin sentirlo,
llegará la tarde.
Si pronto pasó el día,
quizás no desgastaste
el tiempo que te dieron,
para darlo en balde.
La mañana es nostalgia,
y el peso del vacío, ata la tarde.
Porque nada pesa tanto, como el amor,
que no entregaste.
Izara.
Precioso!!! y nostálgico de realidad.
ResponderEliminarCierto que nada pesa tanto como el amor no entregado y el tiempo perdido en aridez...
Muy bello tu poema!!
Un beso y lindo fin de semana Izara
Querido Izara:
ResponderEliminarQué verdad más grande encierra tu poema. Nada pesa tanto como el amor no entregado.
Hermosos versos!
Me gusta mucho el cambio de imagen que le estás dando a tu suelo de estrellas. La foto de la cabecera es preciosa.
Por cierto, tengo la impresión que a la letra de los enlaces le has puesto sin darte cuenta el mismo color que al fondo. No veas como me ha costado abrir los comentarios.
Un abrazo y buen fin de semana.
Me parece precioso sobre todo el final. Nada pesa tanto como el amor que no entregaste. Muy cierto. Por eso yo voy ligera de equipaje siempre. Un abrazo poeta desde el Moncayo
ResponderEliminarTodo el poema es una maravilla, pero ese final, es deslumbrantemente magnifico, hasta emociona su fuerza y su voz.
ResponderEliminarMuy bello, intenso.
Muchos abrazos,
Anouna
Por eso hay que esmerarse en darse entero cada día!
ResponderEliminarHermoso!
Un abrazo.
1. Tú dices que el amor retenido es el que pesa.
ResponderEliminarY veo como ejemplo lo gráciles que llegan a ser almas enamoradas.
2. Otros dicen que es al revés, y no parecen mentir, como Gioconda Belli en su
Cómo pesa el amor
Noche cerrada
ciega en el tiempo
verde como la luna
apenas clara entre las luciérnagas.
Sigo la huella de mis pasos,
el doloroso retorno a la sonrisa,
me invento en la cumbre adivinada
entre árboles retorcidos.
Sé que algún día
se alzarán de nuevo
las yemas recién nacidas
de mi rojo corazón,
entonces, quizás,
oirás mi voz enceguecedora
como el canto de las sirenas;
te darás cuenta
de la soledad;
juntarás mi arcilla,
el lodo que te ofrecí,
entonces tal vez sabrás
como pesa el amor
endurecido.
3. Carmen Cristina WOLF se posiciona a medio camino y afirma que «El amor tiene el peso de un pétalo de flor de nácar».
4. ¿Tendrá esto algo que ver con Machado:
“Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.”?
5. O, remontándonos un poco más atrás, con aquello de «…porque mi yugo es llevadero, y mi carga es ligera».
6. ¿Sabes qué? Opino que deberías alterar un poco tu perfil; eso de “casi soy nada” o “grupo de átomos que se asoman” es una descripción simple e injusta. Más bien tienes dentro todo el universo.
¿Y si lo pensaras un poco más?
Izara, que bellos poemas, sensibles como siempre.
ResponderEliminarTiene que ser terriblemente pesado eso de no dar amor, la vida es amor, todo es amor y si no se dá uno debe sentirse como muerto, cuanto menos infeliz.
Un besazo
Bueno, pero alguien llegará
ResponderEliminarque venga a pedirtelo
especialmente si quiere sentirte
...cerca...muy cerca ;)
Nunca es b ueno quedarse con ganas
de amar, nunca.
Sabes? te he leído con el fondo de sonidos del cielo, mmmmmmmmmmm
has sido lo más delicioso de esta madrugada, te quiero amigo.
Porque nada pesa tanto, como el amor que no estragaste. Eso es pura realidad. Entragar amor es liberarse de el peso pesado atorado al sentimiento.
ResponderEliminarUn abrazo,
Rosa María
Te invito a pasar por mi blog y si te apetece te añades a seguidores.
Me recuerda la melancólica suavidad de la rima asonante de Manolo Altolaguirre. Otro del signo de Cáncer, como usted y yo. Es usted un poeta de alma, muy sensible. Me identifico muchísimo con todo lo que escribe.
ResponderEliminarLe invito a nuestro Museo de la Luna, seguramente algo sacará en claro de allí. Ah, y muchas gracias por su comentario en la página de Abrazando los Árboles. Me consuela que haya alguna persona valiosa que sepa entender las cosas importantes de este mundo. Y me encantó su mención a cómo muestra esas cosas a sus hijos. Yo no tengo, pero haré lo mismo en el futuro.
Un abrazo.