al abrigo de las jaras

  Y una vez más, la luz decide, levantar su vuelo; Los rayos del amigo Sol, vuelven a buscar un horizonte, carente de reflejos; Ya dejaron sobre la piel, de la madre Tierra, la caricia de sus dedos; Ahora toca volver a recordarnos, que son parte del cielo; El ciclo de la vida, vuelve a mostrar la verdad, que oculta el tiempo. Y en un portal, un mensajero  del amor, nos busca dentro; Para dejar, que las palabras de la paz, nazcan de nuevo; En esos corazones, que se abren a la luz, de lo más bello; Abriendo a los demás, su vida, su amistad, sus brazos y sus sueños. Feliz Navidad.                                     Iñaki.

  Y una vez más, la luz decide, levantar su vuelo; Los rayos del amigo Sol, vuelven a buscar un horizonte, carente de reflejos; Ya dejaron sobre la piel, de la madre Tierra, la caricia de sus dedos; Ahora toca volver a recordarnos, que son parte del cielo; El ciclo de la vida, vuelve a mostrar la verdad, que oculta el tiempo. Y en un portal, un mensajero  del amor, nos busca dentro; Para dejar, que las palabras de la paz, nazcan de nuevo; En esos corazones, que se abren a la luz, de lo más bello; Abriendo a los demás, su vida, su amistad, sus brazos y sus sueños. Feliz Navidad.                                     Iñaki.

Cae la tarde sobre el otoño, la noche espera.  La vida parece esconderse,  entre sus nieblas. Vuelve la duda intermitente, sobre la eterna pregunta,  de si el invierno, es primavera. Hay un silencio espeso, calla la tierra; y el murmullo de las entrañas, se hace voz densa. La nostalgia se suelta de la mano; y en sí, se encierra, dejando al corazón buscar sus pasos, entre la noche negra ,  donde un sueño duerme, y otro despierta.                                                                 iñaki.

Cae la tarde sobre el otoño, la noche espera.  La vida parece esconderse,  entre sus nieblas. Vuelve la duda intermitente, sobre la eterna pregunta,  de si el invierno, es primavera. Hay un silencio espeso, calla la tierra; y el murmullo de las entrañas, se hace voz densa. La nostalgia se suelta de la mano; y en sí, se encierra, dejando al corazón buscar sus pasos, entre la noche negra ,  donde un sueño duerme, y otro despierta.                                                                 iñaki.