mi padre y uno de sus bisnietos Hoy vuelvo a dejar que bese, mi corazón suavemente el suelo, junto a ese surco que la tierra abre, para recibir a los hombres buenos. Ese nido donde brilla la verdad, pues la luz de las estrellas tiene dentro. Hoy vuelven mis jaras a brotar, para alcanzar con sus pétalos el cielo. El ciclo de la vida se cierra en la bondad; dejando en su interior la esencia de lo bello: el amor! esa única manera de traspasar, la invisible puerta que imagina el tiempo. Te has ido padre dejando un halo de paz, sobre los corazones que lloran tu vuelo, el regalo de una primavera de verdad, pues ya sabemos que llega sin invierno. Para siempre donde estemos, tú estarás, allí donde el amor reúne en su seno, a tantos que ya forman la unidad, en el vibrar de esa luz, que nos alumbra por dentro. ...