
No me cuentes, tus razones para la guerra, no me digas sólo las palabras de tu verdad, deja el miedo de las respuestas, junto al dolor de las preguntas, descansar; y cuando vuelvas, vacío de certezas, trae en tu mirada la semilla de la paz, dejaremos entonces que el viento y la tierra, entonen la canción, que nos unirá. Iñaki.