Justo en el momento azul, en que se rompió la noche, porque el alba explosionó, sobre tu piel... justo entonces, el plomizo cielo gris, de mi otoño compañero, se vistió con nuevas alas, para migrar del invierno, a las ardientes arenas, donde se funde tu cuerpo, con la humedad que anida, allá donde van tus besos. Izara.